domingo, 26 de enero de 2020

HASTA PRONTO, PACO






Francisco Rodríguez Nodal fue tallista, ebanista, pintor, artista y escritor. Hombre culto, educado, dulce, con ojillos de inteligencia sin dejar un rastro de ingenuidad que inundaba a quien le oía. Además de todas estas actividades Paco fue un gran orador. Tuvimos la oportunidad y el lujo de entrevistarle, y sus palabras, su mirada de infinita bondad, y sus manos de pianista hicieron más luminosa nuestra historia. Sé que hay personas de fuera de Carmona que no se olvidarán nunca de él, como todos los que le conocimos.

    Paco hizo muchas cosas pero era especial, sobre todo, por su forma de ser. Como Machado, era en el buen sentido de la palabra, bueno. Tan bueno como para arriesgarse a escribir sus recuerdos de la historia más polémica y difícil de los últimos siglos de Carmona; la guerra civil y posguerra. Decía que se le venían frecuentemente a la cabeza imágenes crueles de esos tiempos. Y su particular forma de hacer justicia y exorcizar esos fantasmas que no dejaban de acompañarle fue escribir “Caínes del amanecer” y “Al paso alegre de la paz”. Discreto y creyente, su intención nunca fue hacer daño a nadie, y le dolía horrores pensar que podían hablar mal de él, pero tampoco podía dormir tranquilo sin hacer algo al respecto de todas las barbaridades que vio y vivió. 

      Él también fue víctima de la entrada de los mal llamados “nacionales”; mataron a su tío y su abuelo. No dejaba de recordar y contar, siempre que tenía la ocasión, la última vez que vio a su abuelo en la cárcel y, sobre todo, su mirada, que se fue con él para siempre, y ahora mismo estará también con él, ahora que se ha ido. Qué dolor tan grande que se haya ido sin ver los trabajos de exhumación donde, previsiblemente, estaba su abuelo, en el cementerio de Mairena del Alcor. Ahora que ya estaban aprobados y pendientes de realización. Qué dolor que algunos que le llaman amigo (porque lo era de todos) hayan hecho tan poco por aliviar este sufrimiento. Qué dolor que vivamos en un tiempo en el que ser valiente tiene tan alto precio… Y qué dolor, Paco, no ir a verte más y saber que ya nunca volveremos a escuchar tu voz pura y tu memoria tan eterna. 

    Que la tierra te sea leve, compañero. Seguro que donde estás ahora estás acompañado, por fin, de todos los que has buscado toda una vida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario